La imagen podría ser definida como un 'signo icónico'. El vocablo 'icónico' proviene del griego 'eikon' y significa que el objeto representado guarda alguna relación de semejanza con el referente. Y por otra parte, la etimología de la palabra 'imagen' nos lleva también al latín 'imago' que significa 'reproducción'. Entonces, la imagen, es también lo que reproduce los elementos perceptivos de las cosas.
En definitiva, la imagen, el signo icónico, ofrece datos visuales con los cuales se puede reconocer la cosa representada en relación a la idea previa que se tiene de ella. Y es nuestra representación de la realidad lo que va a condicionar nuestro modo de reaccionar frente a las imágenes.
En síntesis, las imagenes tienen una poderosa capacidad de comunicación. Permiten captar un instante único que posiblemente nunca se repetirá. Permiten transmitir ideas complejas, emociones, advertencias, sentimientos.
Gracias a las tecnologías digitales, la fotografía se ha vuelto algo cotidiano. Y la necesidad de decir con imágenes nos resulta familiar. Podemos encontrar en el mercado, desde sofisticadas cámaras profesionales hasta lúdicas cámaras adaptadas a los teléfonos celulares. En efecto, las imágenes están incorporadas al discurso multimediático de nuestros días.